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Muchas veces tenemos dudas sobre qué tono de iluminación elegir en nuestra vivienda, comercio… por eso en este post os explicamos cual es el tono indicado para la estancia o lugar donde quieras poner o renovar tu iluminación.
Técnicamente, se denomina el color blanco cálido a aquellas fuentes lumínicas que, debido a su temperatura de color, tiene el tono más cercano al rojo, las tonalidades frías tienen tonos próximos al azul y, por tanto, las tonalidades intermedias se denominan neutras.
Una de las principales ventajas del LED es que en su proceso de fabricación se determina la temperatura del color que se quiere obtener. Gracias a esto, los productos de iluminación emiten solo en el espectro lumínico para el que han sido fabricados y no emiten radiaciones como ocurre con los fluorescentes.
Cuánto más baja sea la temperatura de la luz, más bajo es el tono, es decir, que cuanta menos temperatura tenga más cálida será la luz. Por lo tanto, se obtiene un tono que puede tirar a amarillo, rojo y naranja. Estos colores se encuentran en la mayoría de ambientes como son calles, hogares, carreteras o lugares públicos en general.
En el tono blanco frío ocurre prácticamente lo contrario. El blanco frío se recomienda para dar visibilidad y claridad en espacios que precisan mucha iluminación.
La iluminación LED se clasifica en tres grupos según la temperatura del color:
- Luz cálida o blanco cálido. Temperatura de color entre 2800-3500K. Equivale a la luz que producen las bombillas incandescentes y los focos halógenos.
Este tono es recomendable en tiendas de ropa, fruterías, panaderías… en el caso de hogares, se recomienda su instalación en el salón y los dormitorios, ya que es un color que provoca un ambiente acogedor y relajado.
- Luz neutra o blanco neutro. Temperatura de color entre 3800-4500K. Esta luz simula la luz del día y es la más natural. Se puede instalar en cualquier entorno o estancia que no precise una iluminación específica y que puedan aportar las otras dos tonalidades.
- Luz fría o blanco frío. Temperatura de color de más de 5000K. Equivale a la luz de un día muy soleado o nublado. La principal ventaja de esta tonalidad es que aporta la misma intensidad y tiene una mayor cantidad de lúmenes, lo que hace que ópticamente tengamos una percepción mayor de luminosidad.
Esta iluminación se recomienda en pescaderías, joyerías… y en hogares es recomendable para cocinas y baños.
¿Has elegido tu tono ideal? Déjanos en comentarios qué te ha parecido